¿Qué son los productos de apoyo?
Los productos de apoyo son aquellos materiales que optimizan el desarrollo de actividades o funcionamiento de una persona, reduciendo sus limitaciones. Su uso dentro de la rehabilitación neurológica va orientado a la compensación o sustitución de una capacidad que se ha visto disminuida tras la aparición de un daño cerebral o del propio proceso degenerativo. Es decir, apoyan y aumentan la independencia de las personas que necesitan utilizarlos, o bien incrementan su calidad de vida, de cuidados y su bienestar.
Estos dispositivos son especialmente fabricados para las características de la persona o se encuentran disponibles en el mercado. La terapia ocupacional es la disciplina que se encarga del asesoramiento, confección y/o entrenamiento en el uso de los productos de apoyo.
¿Cuándo necesito un producto de apoyo?
Tras sufrir algún tipo de afectación neurológica como, por ejemplo, un traumatismo craneoencefálico (TCE), un accidente cerebrovascular (ACV) o ictus, puede existir espasticidad, hemiparesia o alguna secuela que perjudique el desarrollo de movimientos o actividades y su coordinación.
En la rehabilitación neurológica, puede ser necesario el uso de estos dispositivos para la realización de diferentes actividades de la vida diaria:
Por ejemplo, se incluyen los tapetes antideslizantes, las ventosas o las esponjas con mango, entre otros.
Unas agarraderas o alzas para el váter facilitan este proceso cuando existen limitaciones físicas.
Se incluyen los abrebotes, pinzas de largo alcance, cubiertos engrosados, etc.
Los calzadores, los sube-cremalleras o los abrocha-botones son materiales fáciles de usar que facilitan el desarrollo de actividades cotidianas.
Las sillas de ruedas, los andadores o los bastones son los dispositivos más conocidos en esta sección, aunque pueden existir más opciones que se adecúen más al caso en concreto.
El uso de un comunicador, de un tablero o de pictogramas, entre otros métodos, puede aumentar la capacidad comunicativa cuando existen secuelas o limitaciones en este ámbito. También se incluyen audífonos y aparatos de escucha que faciliten la recepción de la información en casos de sordera o ayudas táctiles como el braille en casos de ceguera.
Atriles o pasapáginas para facilitar la lectura, uso de subtítulos en películas o series, mesas y sillas regulables, entre otros.
¿Cómo elegir el producto de apoyo más adecuado?
En el mercado pueden encontrarse diversas opciones de productos de apoyo, aunque también pueden ser diseñados por profesionales de terapia ocupacional para satisfacer las necesidades específicas de una persona en concreto, aumentando así la calidad de vida y la funcionalidad en su desempeño diario.
Para seleccionar el dispositivo idóneo para el caso en concreto se debe realizar una exhaustiva valoración inicial. En esta evaluación, el terapeuta recopilará la información necesaria y observará el desarrollo de actividades básicas e instrumentales para, posteriormente, determinar si existe necesidad de uso de un producto de apoyo y cuál será el más adecuado a las características y necesidades presentadas
Práctica para la adaptación de los productos de apoyo a la vida diaria
Tras la elección del material más adecuado a las circunstancias y necesidades, su uso no es inmediato ni automático, sino que requiere de un entrenamiento neurológico individual y especializado que será impartido y desarrollado por los profesionales de terapia ocupacional.Esta intervención requiere de un trabajo no solo de capacidades motoras, sino también de habilidades sensoriales, cognitivas y perceptivas, lo que optimizará el aprovechamiento del producto de apoyo en su vida diaria.
La terapia no se centrará únicamente en el aprendizaje del uso técnico de los dispositivos, sino que también se trabajará la recuperación de la autonomía, la habituación a entornos naturales y su transferencia a actividades básicas e instrumentales de la vida diaria.
De esta forma, los productos de apoyo en rehabilitación neurológica no solo actúan como herramientas físicas, sino que se convierten en elementos integradores dentro del proceso de recuperación y mejora de la calidad de vida.
